martes, 27 de enero de 2015

Hay muchas clases de amigas a las que recurres en diferentes situaciones dependiendo de lo que necesites. Está la amiga a la que llamas cuando quieres salir de fiesta, cuando quieres olvidarte de todo y pasártelo bien, emborracharte, o no, dependiendo del día, pero bailar hasta que te duelan los pies, bien en una discoteca o en cualquier fiesta de las miles que hay en verano. Este tipo de amigas son fieles, a ti, y a si mismas, nunca dicen que no, y si en un remoto caso lo hacen, siempre te ofrecen un plan alternativo donde te lo pases igual o mejor que en un pub. Eres mi fiestas.

 También están aquellas amigas con las que no hacen falta florituras, un café en cualquier sitio, aunque sea para llevar,una coca-cola, aunque venga sin limón, no importa, porque lo verdaderamente importante son las conversaciones que se mantienen durante el período de tiempo que cada una consume su bebida, conversaciones sobre el pasado, o el futuro y que en la mayoría de los casos podrían solucionar los problemas en el mundo, aunque en otros sólo se basen en cotilleos. Eres mi café con leche o mi coca-cola zero, depende del día.


Hay otro tipo de amigas, las que no ves todos los días, pero cuando volvéis a veros parece que no hubiese pasado el tiempo. Normalmente estos encuentros suelen darse en el cine, para tener un tema de conversación posterior, aunque el cine también puede presentarse como un plan alternativo para hacer con una amiga que ves a menudo. Eres mi peli, mis palomitas, mis risas con "Les doy un año" y mis lágrimas con "Titanic".

Todo el mundo tiene una amiga a la que recurrir cuando no le apetece salir de casa, una segunda casa en donde refugiarse cuando las cosas no van bien en la propia, una segunda nevera que asaltar, una segunda cama que deshacer y un segundo baño donde hacer pipi. Las amigas de este tipo siempre están ahí, en los momentos en los que necesitas otro punto de vista ajeno, cuando necesitas salir de tanta realidad, o cuando es necesario meterte de lleno en dicha realidad para intentar solucionarla. Siempre tienen un consejo, y puede que no todos sean buenos, pero tienen intención, y reacción. Eres mi consejo.






 En algunos casos, muy remotos, existe una amiga multiusos, que vale para todo vamos, lo mismo os marcáis la fiesta de vuestra vida como os pasáis la tarde en casa o en cualquier bar, banco o playa tiradas. Este tipo de amigas son las más escasas, y las que más cuesta mantener, ya que no viven una parte de tu vida contigo, la viven entera, sobre todo lo malo, porque son las primeras que aguantan tus días horribles-espantosos-fatales. Eres mi multiusos, y te quiero.



martes, 13 de enero de 2015

That maybe we found love right where we are

¿Existe algún estudio que indique cuando es el momento adecuado?, ¿Cuando las circunstancias, tanto del entorno como las propias, son las correctas?, ¿Un porcentaje al menos de lo que ha salido bien, sin tener en cuenta dichas circunstancias? ¿Alguien que se haya atrevido aunque no hubiese estado en su mejor momento, y le haya salido bien? Sinceramente no lo sé, y siendo más sincera aún, tampoco me importa. Conozco a las suficientes personas, las suficientes circunstancias y los suficientes porcentajes y no sirven de nada cuando ves por primera vez a tu persona (y no me refiero a tí misma), cuando te sonríe tímidamente por primera vez, cuando le cuentas por primera vez esa cosa de la que siempre hablaréis después (con suerte), cuando aparecen los silencios incómodos y cuando, después de un tiempo, se convierten en el mejor no sonido del mundo, cuando te habla de sus padres, y luego los conoces, y viceversa, cuando te coge la mano por primera vez, cuando te seca la primera lágrima derramada en su presencia, cuando te dice que le caes bien, que le gustas, que le encantas, y, posteriormente, que te quiere. Esas sensaciones ocurren, y si tienes suerte, siguen ocurriendo si encuentras a tu persona adecuada, ocurren a pesar de las circunstancias que te rodeen, ocurren aún a pesar de cómo te sientas,porque, y esto sí es una regla común a todas las relaciones (sanas), cuando le ves, todo desaparece, en mayor o menor medida, hace que olvides en qué mes estás dándote un baño de agua caliente en pleno mes de agosto, o quitándote la manta por las noches en diciembre y en enero (si tienes suerte), hace que te olvides de en qué día vives, incluso de dónde. Si tienes suerte, y encuentras a tu persona, y eres su persona, suceden estas cosas a pesar, repito, de las circunstancias en las que te encuentres. 
Gracias por ser MI persona.